Visibilizar el mundo rural, el sello de la nueva ministra de Agricultura

Con su nombramiento en el Ministerio de Agricultura, Evópoli recuperó uno los cupos que había perdido en el gabinete, porque la actual nueva titular del Minagri, María Emilia Undurraga (45) figura entre los militantes fundadores de esa colectividad, una de las razones por las que la tienda celebra su llegada a esta cartera; pero también, por su "entrega" a los temas agrarios.

La nueva ministra nació en Santiago el 29 de agosto de 1975 y estudió en el Colegio Los Andes y se tituló de ingeniera agrónoma en la Pontificia Universidad Católica, magister en Sociología de la UC y máster en Políticas Públicas de la Universidad de Duke (USA); sin embargo siente un "cariño profundo" por el mundo rural que, según su amigo el senador Felipe Kast, raya en la "obsesión". De lo que da cuenta su carrera profesional, ya que trabajó en la Región de Valparaíso durante ocho años, en proyectos productivos agrícolas cuyo objetivo era promover el desarrollo local con identidad.

En esa época vivió en Casablanca y quienes la conocen, aseveran que la "Mery" –como le dicen de cariño- cada vez que puede, su trabajo y las responsabilidades familiares se lo permiten, se escapa al campo.

Toda su carrera ha estado ligada al mundo agrícola, entre 2011 y 2014 se desempeñó en el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), donde trabajó con Ricardo Ariztía a cargo de los programas territoriales y allí lideró, durante dos años la elaboración de la Política Nacional de Desarrollo Rural, con un enfoque multisectorial.

Entre sus múltiples tareas le ha correspondido representar al Ministerio de Agricultura en la negociación con los pueblos indígenas del decreto que regula la consulta indígena y también participó como representante de Chile en misiones de cooperación internacional a Perú y Costa Rica. Y, adicionalmente, fue delegada chilena ante la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en políticas territoriales rurales.

"Matea" y "muy trabajadora"

Esta profesional, casada con el también ingeniero agrónomo Cristián Matetic con quien tiene cuatro hijos, es la segunda mujer en llegar a esta cartera –antes que ella ostentó el cargo Marigen Hornkohl Venegas, el año 1991- y fue la primera directora nacional de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) que llegó al cargo elegida a través del Sistema de Alta dirección Pública, en 2018.

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En esa ocasión, en una entrevista institucional, Undurraga planteaba los objetivos en esta función, asegurando que "la gran novedad de esta administración será la ampliación, tanto en estudios como en propuestas de políticas, al ámbito del desarrollo rural, entendiendo que el rol de la agricultura va mucho más allá de lo sectorial". Lo que de alguna manera logró con la promulgación, el 2020, de la primera Política Nacional de Desarrollo Rural, que involucra a doce ministerios, abordando los temas de las brechas que afectan a la mujer rural, educación y conectividad en zonas rurales, entre otros ámbitos.

Sus cercanos señalan que hizo una muy buena dupla con el exministro Antonio Walker, ya que ambos tenían una mirada similar respecto de estos temas.

Faceta artística y deportiva

Todos los que la conocen destacan su veta estudiosa y trabajadora. Su amigo, el senador Kast, que la conoció en Un Techo para Chile por el año 1997, cuenta que la ministra "es muy matea, fue una de las mejores alumnas de su promoción en la universidad" y que "siempre se obsesionó con el mundo rural, su sueño es que no tenga nada que envidiarle a las urbes" en materia de acceso a obras públicas, vivienda y otros servicios.

Tanto en Odepa como en el Ministerio de Agricultura tienen un alto concepto de la nueva ministra. De hecho, en la cartera, además de subrayar la complicidad profesional que existía entre ella y Walker, comentan que es "muy inteligente, estudiosa y buena persona". También destacan que es una profesional todo "terreno".

Pero no todo ha de ser trabajo para la secretaria de Estado. Ya que además de sus escapadas al campo con su familia le gusta hacer trekking, andar en bicicleta y trotar, en su faceta más deportiva. Aunque también tiene un lado artístico, quienes la conocen saben que le gusta la pintura, incluso ha hecho cursos, y lo "hace muy bien", le gustan mucho las manualidades y  hasta elabora sus propios quesos.